Era una vez

Una vez Nadie, Ninguno y Tonto, fueron a buscar agua a un pozo, Ninguno se cayó al pozo, Nadie se quedó a ayudarlo, y Tonto fue a ver al oficial y le dijo:
Mire, es que Ninguno se cayó y Nadie se quedó a ayudar. Entonces, el oficial le dijo:
¿Es usted, tonto o qué?
Y tonto le dice:
Sí oficial, ¿cómo adivinó?


Era una vez un niño tan, pero tan fanático de los video juegos, que cuando se murió le pusieron en la tumba game over.


Era una vez una viejita que fue a ver al doctor, al llegar, le dice la viejita al doctor:
Doctor, revíseme mi oído porque me duele mucho, y no sé que tengo.
El doctor le dice a la viejita:
¡Señora, pero si usted trae un supositorio en el oído!
Y la viejita le responde:
¡Ah, entonces ya sé dónde dejé mi aparato para la sordera!


Discutían tres tipos sobre sus antepasados, el primero decía:
En mi terreno cavaron 1.000 metros hacia abajo, y encontraron cables de telégrafo, por lo que llegamos a concluir que mis antepasados hace 1.000 años tenían telégrafo.
Ahhh, dicen los amigos.
Eso no es nada, dice uno de ellos, en mi terreno cavaron 1.500 metros y encontraron cables telefónicos y concluimos que mis antepasados hace 1.000 años, ya tenían teléfono.
Ahhhh, exclamaron los amigos.
El último como no tenía nada que decir, exclamó:
En mi terreno cavamos 2.000 metros y no encontramos nada.
¿Y a qué conclusión llegaron?, exclamaron los amigos.
Y él respondió:
Que hace 1.000 años mis antepasados ya tenían teléfonos móviles.


Esta era una vez un niño que se llama Jesús y su mamá lo mandó a comprar un kilo de azúcar.
El niño le preguntó que dónde era la tienda, y la mamá le respondió:
Donde veas que entra mucha gente ahí es la tienda.
Cuando el niño va por la calle, sonaron las campanas llamando a misa y mucha gente entra a la iglesia, el niño pensando que era la tienda, entra y estando ahí el padre preguntó:
¿A qué vino Jesús a la tierra?
Y el niño respondió:
A comprar un kilo de azúcar.


Era una tía tan fea, tan fea, tan fea, que su marido se la llevaba al trabajo para no tener que darle un beso de despedida.


Era una vez un señor entró a una tienda de revelado y le pregunta el trabajador al cliente:
¿Qué se le ofrece?
Fíjese que el día de ayer me entero que mi hija es drogadicta, y mi suegra se cayó en el baño, aparte, mi hijo reprobó 2 materias...
Disculpe señor, ¿y a qué viene todo eso?
Pues aquí afuera hay un cartel que dice: "Revele aquí su rollo".


Era una vez un niño tan, pero tan feo, que cuando picaba cebolla, la cebolla era la que lloraba.

Pero tan, pero tan feo, que cuando chupaba un limón, el limón era el que hacía la cara.


Era una vez un niño tan feo, tan feo, que cuando nació el que lloró fue el doctor, y cuando se iba a dormir la mamá le decía:
Papito si viene el cuco, cuidadito con ir a asustarlo.


Eran una vez unos papeles de todas clases que estaban reunidos en una pequeña fiesta en eso entran dos malvadas tijeras y los empiezan a cortar a todos entonces los papeles empiezan a gritar:¡Auxilio! que alguien nos ayude por favor.
Derrepente se oye: !BUMP¡
Explotan las tijeras todos miran hacia la puerta y ven a otro papel entonces le dicen: Gracias nos salvaste ¿cómo te lo podemos agradecer?
El papel responde: Tranquilos ese es mi trabajo.
Los otros dicen: Bueno entonces ¿podemos saber tu nombre?
El dice: Claro mi nombre es bond papel bond...


Un señor que tenía sólo la mitad de su brazo izquierdo, llevaba puesto su reloj en ese brazo. Pasa un camionero y con curiosidad le pregunta:
Señor, disculpe, ¿por qué mejor no se pone el reloj en la mano derecha? Sería más cómodo para ver la hora.
Entonces, el señor le dice molesto:
¿Tú le vas a dar cuerda?


Era una vez un chico tan alto, tan alto, tan alto, que se comió un yogurt y cuando le llegó a la barriga ya estaba vencido.


Era tan feo, tan feo, pero tan feo, que cuando su mamá lo parió la policía la detuvo por arrojar escombros.


Era un tipo tan largo, pero tan largo, que si se tropieza el Lunes se cae el Domingo.


Era una vez un monaguillo y un padre que van en un avión, entonces el padre le pregunta al monaguillo: ¿Hijo a que altura estamos? y este le responde a 3.000 pies padre y el padre dice me trae un vino por favor aeromoza, al rato el padre le vuelve a preguntar al monaguillo: ¿Hijo a que altura estamos? y este le responde a 6.000 pies padre y así sucesivamente va aumentando la altura y el padre sigue pidiendo vino hasta que el padre se embriaga el padre y le pregunta al monaguillo: ¿Hijo hip a que altura estamos hip? a 12.000 pies padre y el monagillo le pregunta: ¿Padre, no va a pedir otro vino? y el Padre le responde: ¿Que queréis que se entere San Pedro?


Una vez un niño a quien su papá cuando llegaba borracho le pegaba le compró una muchacha inflable, y la infló y la puso en el cuarto de su papá. Llegó el papá y el hijo le dice:
Vino una muchacha a verte.
Al otro día le pregunta el hijo que cómo le había ido con la muchacha, a lo que el padre responde:
Bien, pero yo creo que era batichica porque le di una mordida y salió volando por la ventana.


Había una escuela que tenía unos alumnos muy ignorantes. Bueno, un día entra el director y les empieza a hacer preguntas a los alumnos, le pregunta a uno:
Tú, dime, ¿De qué color es el cielo?
El alumno dice:
Verde profe.
Va y le pregunta a otro y le dice:
Tú, dime, ¿Quién mató a Atahualpa?
El alumno dice:
Yo no he sido director.
¿Que?, dice el director y le repite al alumno:
¿Quién mató a Atahualpa?
El alumno repite:
Yo no he sido director.
El director molesto se acerca a la profesora y le dice:
¿Cómo es que tenga estos alumnos que no puedan saber ni siquiera quién mató a Atahualpa?
La profesora dice:
Director, yo le aseguro que el alumno es muy tranquilo y responsable, y él no mató a Atahualpa.


Un señor pobre que no tenía nada, y se quería matar, se tiró de un avión y quedó vivo, se tiró de un edificio y no se mató, al otro día se encontró una lotería que estaba premiada, y la fue a reclamar y lo mató un triciclo.


Era una vez una iglesia con el techo tan, pero tan bajo, que en lugar de que el padre dijera podéis sentaros decía cuerpo a tierra.


Había una vez un señor que le dice enojado al mesero:
¡Mesero, ya le he pedido 100 veces un vaso con agua!
Entonces, el mesero dice:
Rápido, tráiganle 100 vasos de agua al señor.


Era una vez una olla que no quería ser olla, y fue olla a presión.


Era una vez un tipo tan tacaño, pero tan tacaño, que se tomó una foto del cuello para abajo para que no le saliera cara.


Había una vez un atlante que va a una tienda, y pregunta:
¿Cuánto cuesta ese televisor?
200 pesos, ¿es usted atlante?, pregunta el vendedor.
A lo que el atlante dice:
¿Por qué?
Por nada, responde el vendedor.
Va al día siguiente y le vuelve a preguntar:
Señor, señor, ¿cuánto era que costaba ese televisor?
200 pesos.
Nuevamente el vendedor le pregunta:
¿Es usted atlante?
¿Por qué lo dice?
No, por nada.
Al día siguiente vuelve a ir donde el mismo vendedor y pregunta lo mismo. Esta vez el vendedor no estaba con el mejor de su genio por lo que le dice:
Señor, ¿es usted atlante?
¿Por qué?, vuelve a preguntar el atlante.
¡Porque eso no es un televisor, es un microondas!


Este era un hombre que todos los días le pedía a Dios para sacarse el Loto.
Ofreció promesas, misas, hora santa, y toda clase de pedido, con contar que Dios lo ayudara a sacarse la loto.
Un día esta sentado en el patio de su casa en una mecedora y de repente ve esa Luz que viene desde el cielo y el hombre dice:
Ya viene Dios a ayudarme.
Dígame Dios, ¿vino a darme los números del loto?
Dios le contestó:
Mi hijo, te vine a decir que aunque sea, ¡juégalo!


Pregunta el profesor de matemáticas a la clase:
¿Alguien me puede decir lo que es un trapecio?
Y responde un alumno muy convencido:
Un trapecio es un "no paralelogramo".
Y contesta el profesor:
Muy bien, tienes razón, porque una mesa es una "no silla".

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